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LITURGIA DEL VATICANO II

Corpus Cristi (19.6.2022) - Ciclo C

EL CORPUS, FIESTA DEL PUEBLO CRISTIANO

“Comieron todos hasta saciarse”

Jesucristo no fue un ermitaño. Vivió siempre con los hombres. Los treinta años de “vida oculta” no fueron años de encerrarse en casa sino de vivir como uno más de Nazaret. Primero fue a la escuela de la sinagoga, después acudía a las casas para resolver los mil pequeños desperfectos del cada día de un pueblo de labradores y pastores. Cuando salió a predicar, recorría pueblos y aldeas hablando y enseñando a la gente. Resucitó a la hija de Jairo, curó al criado del centurión romano de Cafarnaúm, dio vista a los ciegos y salud a los leprosos. Comía con los pecadores, como Zaqueo, y bendecía a los niños. A las orillas del lago de Genesaret predicó muchas veces a grandes muchedumbres. Ese Jesús, tan humano y tan divino, sigue vivo y presente en nuestras eucaristías y sagrarios. Hoy, fiesta del Corpus Christi, sale a pisar nuestras calles y plazas, símbolos de lo que es nuestra vida: ir y volver al trabajo, estar en casa con la familia, entrar en un bar para tomar un refresco, sentarnos en un banco contemplando la Catedral. La fiesta del Corpus fue creada para que el pueblo cristiano reafirmara su fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Pero no podemos olvidar que Corpus Christi designa en la tradición de la Iglesia el Cuerpo que nació de la Virgen María, el Cuerpo eucarístico y el Cuerpo eclesial. Todo va unido. Por eso, hoy, cuando saquemos al Cristo eucarístico a nuestras calles, reavivaremos el compromiso de ayudar a tantos y tantos que se encuentran necesitados de nuestro tiempo, de nuestro cariño, de nuestro dinero.

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