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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 11 del Tiempo Ordinario (16.6.2024) - Ciclo B

SEMBRADORES Y COSECHEROS

“Va germinando sin que él sepa cómo”

Dentro poco, nuestros campos de Castilla estarán llenos de cosechadoras que recolectan el trigo y la cebada que los labradores sembraron hace meses. Desde la sementera, los labradores no han hecho nada, salvo abonar y sulfatar. Ha sido la misma semilla la que, por su misma fuerza, ha ido creciendo de día y de noche, superando el frío y las heladas. El evangelio de este domingo refiere que Jesús se sirvió de este hecho, que él había visto en Nazaret, para enseñar una gran verdad sobre el reino que anunciaba. Las  apariencias de sus comienzos eran muy precarias. Pero ese reino arraigaría y se multiplicaría. La Iglesia es ahora ese reino. Hoy está extendida por todo el mundo y en muchos lugares en claro crecimiento. Es verdad que en España y Europa no es así. Pero la semilla no ha perdido su fuerza y la Palabra que siembran sus discípulos, sacerdotes y fieles laicos, tiene el mismo vigor y el mismo dinamismo. Volverá a crecer a pesar de todas las dificultades. No será de un día para otro, como ocurre con la semilla, que necesita tiempo para madurar. Por eso los padres, educadores y predicadores hemos de llenarnos de esperanza. Con la nueva evangelización, estamos de nuevo en tiempos de sementera. No es la hora de ver frutos inmediatos sino la de sembrar a manos llenas. Con fe y esperanza. A pesar de todas las dificultades habrá frutos abundantes a su tiempo. Seamos generosos en la siembra y confiemos. Y tengamos la paciencia del labrador. No es fácil, porque todos tenemos más vocación de cosecheros que de sembradores. Pero es imprescindible. Sembremos.

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