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LITURGIA DEL VATICANO II

D.O. 33 - A

VIDAS APROVECHADAS Y ESTÉRILES

«Entra al banquete de su Señor»


 

¿Por qué tanta gente destroza su juventud, su matrimonio, sus creencias, su conciencia? ¿Por qué, en cambio, hay personas cuya vida es maravillosa por su entrega a los hijos, por la honradez en sus negocios, por el aprovechamiento del tiempo, por las obras sociales y de caridad que realiza en servicio del prójimo? La respuesta está en el evangelio de hoy: porque muchos hombres y mujeres explotan las cualidades físicas, intelectuales y morales que han recibido de Dios como Él quiere; mientras que otros las emplean en alimentar su egoísmo y su comodidad. El abundante hambre que existe en el mundo, no se debe a que no haya recursos; sino a que sobra egoísmo y explotación de los demás. Hay tanta injusticia y tanta corrupción en todos los estamentos y niveles porque, sabiéndolo, todos nos encogemos de hombros. Las televisiones insultan a la religión católica porque, entre otros motivos, saben que los católicos ven esos programas, en vez de boicotearlos. Y así sucesivamente. No echemos las culpas a Dios de los males y carencias de nuestro mundo, como el siervo holgazán del evangelio de hoy, que quería cargar su holgazanería en la cuenta de su amo. Dios no tiene la culpa de que nosotros matemos a los niños no nacidos y luego haya tantas depresiones y suicidios; o  que promovamos la plaga del divorcio y después nos encontremos con toneladas de odio, maltrato, violencia y fracasos educativos; o que promovamos la cultura del placer y del hedonismo en los jóvenes y terminemos viéndoles consumir quintales de droga. La responsabilidad del hambre, de la corrupción, de las enormes desigualdades, de los abusos financieros, de tanta gente destrozada es nuestra. ¡Qué pena pasar la vida arando en el mar! ¡Qué maravilla, en cambio, darse a los demás por amor a Dios y emplear el talento, el tiempo y el dinero en hacer universidades, colegios, hospitales, fábricas, comercios, residencias de ancianos, centros de investigación médica, obras sociales de todo tipo, etcétera. Todavía estamos a tiempo de desenterrar los talentos y ponerse a trabajar en serio para servir a los demás.     

 

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