Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 15 del Tiempo Ordinario (12.VII.2015) .- Ciclo B

PREDICAR Y DAR TRIGO

“Les envió a predicar”

___________________________________________________

¿Se puede hacer la guerra sólo con generales y capitanes? ¿Se puede jugar un partido de fútbol sólo con el árbitro y los linieres?. Pero la pregunta también se puede formular de este modo: ¿Si no hay generales y capitanes, pueden hacer la guerra los soldados? ¿Si no hay árbitro, se puede jugar un partido de alta y disputada competición? Hay que convenir, por tanto, que se necesitan generales y árbitros, y soldados y jugadores. En la Iglesia sucede lo mismo. Jesús entregó la misión de predicar el Evangelio a los Apóstoles y luego –hoy- al Papa, a los obispos y a los sacerdotes. Esos son los generales. Pero se la entregó también a los seglares, a los soldados. El papa y los obispos sin seglares no son nada, y los seglares sin obispos y sacerdotes tampoco van a ninguna parte. Son necesarios los unos y los otros. Se ve muy claro en la familia. Los sacerdotes enseñan el catecismo a los niños y los preparan para la primera comunión. Pero si los padres no hablan de Dios a sus hijos, si no rezan con ellos, si no les enseñan las virtudes propias del hogar, aquel niño difícilmente llegará a ser un cristiano de verdad. Durante mucho tiempo se puso el acento en los sacerdotes y obispos: daba la impresión de que sólo existían ellos en la Iglesia. Gracias a Dios, el concilio Vaticano II la recuperado la realidad de los seglares y recordado que antes de hablar de obispos y sacerdotes es necesario que haya bautizados. Primero existe el Pueblo de Dios; luego, la Jerarquía de ese Pueblo. El evangelio de hoy se ocupa de los “generales” de la Iglesia. Más en concreto, de la primera misión o envío que ellos –los Apóstoles- recibieron de Jesucristo para predicar el Evangelio. Y de las dos grandes exigencias que comporta: ir con el bagaje de los peregrinos -con lo puesto-, sin más ambiciones que anunciar el Evangelio. Además, sanar, curar, y todo lo necesario para que haya una salvación integral del hombre. Por eso, la Iglesia siempre ha predicado y dado trigo: hospitales, escuelas, universidades, comedores, ayuda a los pobres y emigrantes…¡Maravillosa y comprometedora tarea! Hoy más urgente que nunca.  

0 comentarios