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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 3 de Cuaresma (24.III.2019) - Ciclo C

FRUTOS DE CONVERSIÓN

“Si no, la cortas”

*** El evangelio de este domingo se resume en una sola frase: “Necesitáis convertiros”. Se la dijo Jesús a sus interlocutores, remitiéndose a tres hechos: la muerte de 18 personas por Pilato mientas ofrecían un sacrificio en el Templo, el derrumbamiento inesperado de una torre que aplastó a muchos y un hacendado dispuesto a corta una viña que no daba fruto a pesar de sus muchos cuidados. Era opinión común entonces pensar que los sucesos narrados y similares eran un castigo de Dios a los pecadores. Tomando pie de esta falsa opinión, Jesús dice a sus oyentes: no penséis que ellos eran malos y vosotros sois buenos. No. Vosotros también sois pecadores y necesitáis conversión. Sois como la viña que no da fruto. Necesitáis convertiros. Convertirse es, en última instancia, desandar el camino y volver al punto de partida. En definitiva, dejar el pecado y volvernos a Dios. A poco sinceros que seamos, hemos de concluir con verdad que Jesús puede decirnos a cada uno de nosotros lo mismo: necesitas convertirte, confesar tus pecados, arrepentirte de ellos y comenzar una nueva vida. Sólo un ciego, un superficial o un soberbio piensa que él todo lo hace bien, que él no hace ningún pecado y que él no necesita confesarse. Ya lo advertía el evangelista san Juan en una de sus cartas: “Si alguno dice que no ha pecado es un mentiroso y la verdad no está en él”. No hay nadie que escape a la ley del pecado, no hay nadie que no necesite confesarse. Porque a todos se nos aplican aquellos versos de Lope de Vega: “Cuántas veces el ángel me decía//, alma asómate ahora a la ventana//. Y cuántas, hermosura soberana//, mañana le abriremos respondía//para lo mismo responder mañana”. Nunca hubo excusa para no confesarse. Ahora, todavía menos. Pensemos que el próximo viernes desde las 8 de la tarde hasta las 8 de la tarde del sábado, incluso durante la noche, habrá confesores en san Gil y San Julián de Burgos y en Santa María de Aranda, y de 6 de la tarde del viernes a 6 de la tarde del sábado en La Real y Antigua de Burgos y en San Nicolás de Miranda. Dios quiere darnos un abrazo de perdón. ¿Volveremos a  decir: “mañana”?                     

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