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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 6 del Tiempo Ordinario (16.II.2020) - ciclo A

TRES ASUNTOS DE ACTUALIDAD

“Se dijo, pero Yo os digo”

****Los telediarios y la prensa dan cuenta cada día de casos de violencia. Un hombre que mata a su compañera, sentimental o no, y luego él mismo se suicida. Un loco que invade un espacio comercial o docente y acaba con la vida de varias personas inocentes. Un terrorista que dispara su metralleta y convierte en tragedia un momento lúdico. No hablan, pero no habría espacio suficiente, si dieran cuenta de los inocentes masacrados. Pronto se añadirá a la ya larga lista la eutanasia. El evangelio de este domingo afronta esta realidad y la juzga: “No matarás”. También afronta la del adulterio y el perjuro, y de las dos dice: “No puedes hacerlo”. Pero Jesús va todavía más lejos, y añade: Aunque “se dijo a los antiguos no matarás y no cometerás adulterio”, “Yo os digo” que eso es poco. Ciertamente no hay que matar ni cometer adulterio ni jurar en falso. Pero hay que ir más allá de ese acto externo y meterse en el propio corazón. Ahí se pueden cometer muertes y adulterios que quizás nadie verá, pero que son pecados contra la vida y la moral conyugal. Quien, por ejemplo, quita la fama del prójimo,  levanta una calumnia, le critica despiadadamente, le odia, le desea el mal…, ése ya no vive el mandamiento según la ley de Jesucristo, que es una ley de amor. Lo mismo ocurre con el adulterio. Aun sin tener relaciones sexuales con la mujer o el marido del prójimo, se puede cometer –y se comete, por desgracia- el adulterio del corazón: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio”. Además, el caso de David que miró y deseó  a la mujer de Urías antes de adulterar con ella y acabar con la vida de su mejor general, debería servirnos de alerta ante tantas imágenes y películas con que algunos medios de comunicación pretenden invadir nuestra vida. ¡Qué poco conscientes son algunos del David que llevan agazapado en el corazón y puede despertar violentamente ante esos estímulos! ¿Quién duda que nuestro mundo sería mucho más habitable si desterráramos de él todo tipo de violencia, física o verbal, todos los adulterios y todos los perjuros y calumnias? Vale la pena acoger y practicar lo que hoy nos dice Jesús.       

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