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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 6 de Pascua (9.5.2021) - Ciclo B

AMAR CON AMOR DE MADRE

“Permaneced en mi amor”

*** Pocas palabras han sido peor tratadas que la de “amor”. A pesar de todo, la realidad es tozuda y proclama que amor es dar la vida, es darse. Es lo que dice el evangelio de este domingo, que es la segunda parte de la alegoría de la vid que encontrábamos el anterior. Si entonces Jesús decía que él es la vid y nosotros los sarmientos, y que es imprescindible estar unidos a él para dar uvas, hoy nos dice de qué tipo y calidad han de ser esas uvas. Él, la cepa, tiene una única actividad: amar al Padre y comunicar ese amor hasta dar su vida por nosotros, los sarmientos. Nadie ha hecho tanto. Esto es lo que hemos de recibir y comunicar sus discípulos. Recibir el amor y comunicar el amor, hasta jugarnos la vida. Hay que volver a descubrir el amor de las madres para saber qué es amar de verdad y en qué consiste el amor. Ellas acogen la vida, la cuidan en su seno con múltiples incomodidades, la dan a luz en el dolor, la miman hasta que es capaz de abrirse paso por sí misma, se vuelcan cuando sus hijos están enfermos, sufre cuando ellos sufren y se alegra cuando les ve contentos. Viven sólo para los hijos. Y, cuando son cristianas, les trasmiten la fe y les enseñan a rezar con la sencillez y eficacia con que una fuente dona su agua a quien se acerca. No sé si hay una traducción más fiel del amor de Dios. Sea como fuere, si queremos aprender a amar con obras,  no un día sino todos los días, y no en unas determinadas situaciones sino en todas, hay que mirar a las madres. ¿Cómo sería el mundo si los cristianos tuviéramos ese amor de madre para todos?      

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