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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 2 de Cuaresma (13.3.2022) - Ciclo C

UN ANTICIPO DE LA PASCUA

“Este es mi Hijo: escuchadle”

Oración, trasfiguración, revelación. Estas tres palabras resumen el mensaje de este domingo. Muchas veces se retiraba Jesús al monte, él solo, para orar y pasar allí largas horas dialogando con su Padre. Hoy también ha subido al monte para orar, pero ha querido que le acompañen sus tres preferidos: Pedro, Santiago y Juan. Desea que sean testigos de un suceso extraordinario: su trasfiguración. Es decir, quién es realmente: no  un hombre cualquiera sino el Hijo de Dios. Ha renunciado de momento a la gloria de su cuerpo, pero tras la resurrección este cuerpo será glorioso, resplandeciente. Luego, cuando su cuerpo se ha trasfigurado, llega la revelación, en tres actos, de quién es. La presencia de Moisés y Elías, resumen de toda la Ley y los Profetas, declara que todo el Antiguo Testamento habla de Jesús.  El Padre va todavía más lejos: Éste es mi Hijo amado, escuchadle. Sólo él es el salvador del mundo. Los demás, no son salvadores. Lo que han visto es tan maravilloso, que los tres afortunados querrían contárselo de inmediato a todo el mundo, sobre todo a los demás compañeros. Pero tienen que esperar. Primero ha de morir; luego, resucitará glorioso. Oración, trasfiguración, revelación son un buen programa para la cuaresma. Oración: porque sin ella no se posible aceptar en nuestra vida la voluntad de Dios, que es requisito imprescindible para que esa vida no sea apariencia y hojarasca. Trasfiguración: porque el cuerpo que sembramos corruptible en el sepulcro, al final de los tiempos resucitará glorioso. Mientras esto sucede, nos toca vivirlo en el silencio de la fe. 

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