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LITURGIA DEL VATICANO II

Ascensión del Señor (29.5.2022) - Ciclo C

NUESTRA META ES EL CIELO

“Yo estoy con vosotros todos los días”

“Jesús, el Señor, hoy ha ascendido al Cielo. No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos como Cabeza nuestra, para que nosotros, miembros de su Cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su Reino” Estas palabras del prefacio de la misa de hoy son un comentario excelente de la fiesta que celebramos: la Ascensión de Jesucristo al Cielo. Efectivamente, la tierra no es nuestra meta sino una etapa previa. Nuestra meta es el Cielo, es estar con Dios. Sería triste que un caminante de Santiago se entusiasmara con la hermosura de alguna etapa y se olvidara de que camina hacia el Pórtico de la Gloria. Además de no llegar a Santiago sufriría una terrible decepción. Nosotros podemos tener esta tentación, olvidar que estamos de paso en este mudo y que caminamos hacia el encuentro definitivo del Señor. Esto no es un engañabobos o una droga que se han inventado los curas, como pretenden quienes se mueven en parámetros marxistas. A estas alturas de la historia ya sabemos todos cuáles son las drogas que adormecen las conciencias e incapacitan para vivir en libertad, paz y fraternidad. El Cielo sería un engañabobos si conllevara desentenderse de las realidades nobles y buenas de este mundo y ser indiferentes ante los sufrimientos y las alegrías  de los demás hombres. Pero llegar a la meta implica recorrer la etapa de la vida siguiendo las huellas de Jesús, es decir, haciendo siempre el bien. En esta perspectiva, el sufrimiento, la entrega, el amor al prójimo tienen sentido. Son hitos que nos guían en el camino hacia el Cielo.

 

 

 

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