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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 14 del Tiempo Ordinario (3. 7. 2022) - Ciclo C

HAY TAJO PARA TODOS

“Os envío como ovejas entre lobos”

“Evangelio de la misión”. Así es calificado el de este domingo. Se debe a que san Lucas trasmite que Jesús, además de encargar a los Doce Apóstoles la misión de anunciar el evangelio, asoció a esa tarea a otros setenta y dos. Además, no se limitó a enviarlos como misioneros sino que les dio unas reglas de comportamiento claras y concretas: debían vivir de la Providencia y comportarse siempre como ministros de paz. Estos setenta y dos representan a todos los bautizados. El Bautismo, en efecto, capacita y urge para ser misioneros del evangelio con la vida y la palabra. Ser misionero, en el fondo, no es otra cosa que escuchar que “la mies es mucha y los obreros pocos” e implicarse en la evangelización allí donde estemos. Así resulta que son misioneros la madre que enseña las primeras oraciones a sus hijos pequeños, el padre que invita a su hijo a visitar al abuelo en la Residencia de mayores, el médico que trata a sus enfermos viendo en ellos a Jesucristo,, el empresario que crea puestos de trabajo para que las familias tengan el pan de cada día, el profesor que, además de su ciencia, trasmite libertad y convivencia a sus alumnos, la catequista que enseña el catecismo a los niños de Primera Comunión, el político que se preocupa del bien común y no del propio interés, la empleada del hogar que crea un clima de familia en aquella casa, en una palabra: todos, estemos donde estemos. ¡Qué triste que haya tantos bautizados que no muevan ni  un dedo para trasmitir el evangelio! En cambio, ¡cómo estimulan quienes se sienten gozosos de anunciar a Jesucristo!   

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