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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 26 del Tiempo Ordinario (25.9.2022) - Ciclo C

LUJO Y MISERIA

“Que escuchen la Ley y los Profetas”

¿Qué le sucede, después de morir, a un rico que vive en el lujo y a un pobre que no tiene dónde caerse muerto? Esta es la gran cuestión que afronta el evangelio de este domingo. La respuesta es tajante: “Murió el pobre y fue llevado al seno de Abrahán”, es decir, al Cielo, “murió también el rico y fue sepultado en el infierno, en et tormento”. Esta gran cuestión se agudiza porque es irreversible, no tiene posibilidad de enmienda. Lo dice también el evangelio. Cuando el rico pide a Lázaro que le saque de allí o, al menos, que alivie sus dolores, Lázaro le responde:”es imposible”, porque no se puede pasar de aquí a donde tú estás ni tú puedes salir de ahí. Por si fuera poco, todavía hay una tercera aclaración. Cuando el rico pide que envíe a alguien que avise a sus cinco hermanos para que eviten su suerte, se le responde: “que escuchen la Ley y los Profetas”, porque si a éstos no les hacen caso, tampoco se lo harían a un muerto que resucitase para decírselo.  En nuestra sociedad de consumo desenfrenado y, a la vez, de gran pobreza, quizás valga la pena responderse con sinceridad a esta pregunta: Desde el uno de junio hasta el uno de septiembre de este año, ¿cuánto he gastado en bares, comidas extras, bebidas caras, salas de fiesta, viajes de mero placer, y cuánto he dado a Cáritas o a la parroquia para hacer frente a las necesidades de tantos? El evangelio siempre nos lleva al fondo de las cosas. Hoy son incontables los que no se preguntan “qué hay después de la muerte y cuál es el sentido de la vida”. Pero son cuestiones eternas y que nos afectan a todos. Queramos o no.

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