Domingo 27 del Tiempo Ordinario (6.10.2024) - Ciclo B
EL MATRIMONIO EN EL PLAN DE DIOS
"Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre" (ver nota al final)
“¿Le es lícito al hombre divorciarse de su mujer?” Esta fue la pregunta que unos fariseos hicieron a Jesús con ánimo de meterle en apuros. Moisés, en efecto, había permitido el divorcio y dar el acta de repudio a la mujer, para que pudiera casarse de nuevo. Aquella sociedad era, por tanto, divorcista. Decir “no” enemistaba a Jesús con el pueblo y le convertía en “duro de corazón”, exponiendo a la mujer a ser lapidada. Jesús no temió a la opinión pública y les contestó de una forma irrefutable por adúltera. Moisés, les dijo, os permitió divorciaros por la dureza de vuestro corazón. Pero al principio no fue así, porque Dios creó al hombre para que se uniera a su mujer en el matrimonio para siempre y procrearan hijos. Y sentenció: “Lo que Dios ha unido no lo puede separar el hombre”. Según el plan del Creador, por tanto, el vínculo matrimonial es irrompible y el divorcio imposible. La sociedad actual, sobre todo en Occidente, no sólo es divorcista sino antimatrimonio: la gente no se casa, prefiere los perritos a los hijos, muchos se divorcian, otros se unen de modo antinatural. No hace falta ser muy sagaz para advertir que una sociedad así no tiene futuro y que el remedio no es que la hagamos cada vez más opuesta al plan de Dios. Estamos viendo –y pagando- a dónde nos ha conducido no respetar lo que Dios quiere sobre la naturaleza y los sexos. Incluso ya se atisba el abismo al que nos ha conducido el “invierno demográfico”, con serio peligro para las pensiones de los mayores y el cuidado de los enfermos. Vale la pena pararse a pensar. Y decidir.
Nota. En la edición anterior, se delizó una omsión importante en el subtítulo.
Decía: "El que se divorcia, comete adulterio".
Debía decir: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio".
Disculpen los lectors del blog.
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