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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 28 del Tiempo Ordinario (15.10.2024) Ciclo B

JESUCRISTO DA MÁS

“Se marchó triste”

Tres secuencias ritman el evangelio de este domingo. Primera secuencia: un joven rico se acerca a Jesús preguntando qué tiene que hacer para ser bueno. Cuando Jesús le remite a la práctica de los mandamientos y el joven le contesta que los ha cumplido siempre, le mira complacido y él se siente feliz. Segunda secuencia: Jesús le añade: “una cosa te falta: Vete, vende todos tus bienes, dáselos a los pobres y sígueme”. Jesús le propone  “el tesoro”, “la perla” del Reino de Dios a cambio de sus bienes materiales. Tercera secuencia: al escuchar la propuesta, el joven se puso triste y se marchó, “porque era muy rico”. Al ver su reacción, Jesús sentenció: “Qué difícil es que entren los ricos en el Reino de Dios. Más difícil que un camello pase por el ojo de un aguja”. Ahora bien, no es preciso tener tantas posesiones como este joven para ser rico. De hecho, hay muchos ricos a nuestro alrededor. Más aún, nosotros podemos ser uno de ellos. En más de una ocasión he tenido la misma experiencia del joven rico. Jóvenes, a quienes les planteaba una posible vocación al sacerdocio o al celibato en medio del mundo, o que rompieran con una situación perjudicial para su alma,  volvían la espalda y no aparecían más. Otros, en cambio, si eligieron “la perla” y “el tesoro”, dejaron todo y son felices. Porque Cristo siempre da más de lo que pide. Pero sin llegar a estos casos especiales, cuántos, jóvenes o no, están aferrados a la vida fácil, al alcohol, al sexo. ¿Son felices? Quizás disfrutan unos momentos, pero luego se quedan con un poso de tristeza que les oprime y quita la alegría de vivir.

 

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