Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO QUINTO DE PASCUA (10.v.09) - Ciclo B

CRISTIANISMO Y EFICACIA

«El que permanece en Mí, ése da fruto abundante»


El evangelio de hoy es la famosísima alegoría de la vid y los sarmientos. Jesús, que tiene delante a unos hombres que saben bien qué es un viñedo y las reglas por las que se rige, hace esta sencilla y, a la vez, hondísima afirmación: «Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en Mí y yo en él, ése da fruto abundante. Al que no permanece en Mí lo tiran fuera y se seca; luego los recogen y los echan al fuego» Las conclusiones son obvias: Si los Apóstoles son los sarmientos y Jesús la vid, toda su eficacia apostólica y misionera depende exclusivamente de Él: «Sin Mí no podéis hacer nada»; y es imprescindible que permanezcan unidos a Él. Luego, Él mismo les aclara cómo lograr esta permanencia: guardar sus «palabras» y sus «mandamientos», especialmente el del amor fraterno. «Las Palabras» de Jesús comprenden todas sus enseñanzas y todas sus exigencias. Ellos las conocen bien, porque les ha contado todo lo que ha recibido del Padre. Si las aceptan y guardan con fe, estarán firmemente unidos a Él. Por lo demás, ¿cómo se podría dar testimonio de Jesús y ganarle a otros por la fe, si no se cree en Él con la fe más viva? Ahora bien, la producción de frutos depende también del empeño misionero de los Apóstoles. No pueden dejar de hacerlo, al contrario, han de ganar almas para Cristo, porque Jesús no les deja elegir entre dar o no dar fruto. Al contrario, han de darlo y en abundancia, porque Jesús les ha elegido y destinado para esto y ésta es la voluntad del Padre. De ahí que el que no dé fruto, «será cortado y echado fuera» Todos sus esfuerzos apostólicos han de tener siempre la misma meta: «dar fruto abundante» Las preguntas se amontonan, aunque se imponen estas dos. ¿Los cristianos –pastores y fieles- estamos convencidos de que sin Jesucristo somos un cero a la izquierda y más estériles que una estepa? ¿Tenemos evidencia de que nuestra permanencia en Cristo, además de ser imprescindible, es una quimera sin la lectura asidua de su  Palabra y la observancia de sus mandamientos, especialmente el del amor fraterno?      

0 comentarios