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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 16 del Tiempo Ordinario (20.7.2025) - Ciclo C

TRABAJAR Y REZAR

“Sólo una cosa es necesaria”

Estamos en Betania, muy cerca de Jerusalén. Jesús ha llegado a casa de sus amigos, los hermanos Lázaro, María y Marta. Tras los saludos acostumbrados, Marta se pone a faenar, pues, preparar para trece, no es fácil, aunque tiene personal de servicio. Ella lo hace encantada, porque ama de verdad a Jesús. Pero, en un momento, se siente desbordada y pierde los nervios. Como tiene gran confianza con Jesús, se atreve a decirle: “Dile a mi hermana que me eche una mano”. Porque su hermana seguía escuchando y hablando con Jesús. La respuesta quizás la dejó desconcertada: “Marta, Marta –le dijo Jesús-, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas. Sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor”. Jesús no reprocha a Marta que prepare la comida para él y sus discípulos, ni alaba a María por estar mano sobre mano. Es decir, no contrapone trabajo y oración, la llamada “vida activa” y “vida contemplativa”, la vida que lleva una monja y el conductor de una cosechadora. El trabajo es una realidad buena y la oración también. Pero el trabajo y la oración pueden desvirtuarse y pervertirse. La clave para que no suceda, se encuentra en el amor y el espíritu de servicio a Dios y a los demás, especialmente a los necesitados. Sin oración, nuestra actividad deriva en activismo y búsqueda de nosotros mismos. Sin servicio a los hermanos, nuestra oración es espiritualismo. En este tiempo de vacaciones, los que trabajan mucho han de preguntarse con sinceridad: “yo, ¿por qué y por quién trabajo?” ¿Leo alguna vez el evangelio y me acuerdo de Dios antes, durante y al final de mi trabajo?  

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