Domingo 15 del Tiempo Ordinario (13.7.2025) - Ciclo C
SAMARITANOS DEL DÍA A DÍA
“¿Quién es mi prójimo?”
Seiscientos trece eran los mandamientos que descubrían los doctores en la Ley de Moisés. En ese marasmo, resultaba tan difícil saber cuál era el primero, que los mismos doctores discutían con frecuencia sobre ello. Un día, uno de ellos, deseoso de hacer la voluntad de Dios, se lo preguntó a Jesús. Jesús le remitió a lo que leía en la ley de Moisés. Él respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, y al prójimo como a ti mismo”. Jesús aprobó la respuesta, pero el doctor de la ley siguió preguntando: “¿Quién es mi prójimo?” Jesús le contestó con una parábola. Un hombre fue asaltado por ladrones y dejado medio muerto. Pasaron junto a él un sacerdote, un levita, -ambos del templo de Jerusalén- y un samaritano. Los dos primeros siguieron su camino, sin preocuparse del herido. El tercero se paró, lo hizo una primera cura y lo llevó a un posadero para que lo atendiera. Él correría con los gastos y haría la liquidación cuando volviera del viaje. “¿Cuál de los tres se portó como prójimo?”. Cuando el doctor respondió que el que atendió al herido, Jesús añadió: “Anda, haz tú lo mismo”. Eso es lo que nos dice a nosotros, no sólo ante un accidentado en la carretera, sino ante cualquier herido por la vida: tu padre anciano, el amigo que sufre una crisis matrimonial, un emigrante que vive en la calle, aquel padre de familia que ha perdido el trabajo, esos vecinos sin más horizonte que trabajar y pasarlo bien, y el largo etcétera que nos sale al encuentro cada día. Ese es nuestro prójimo y para el que Jesús nos dice: “Anda, haz tú lo mismo”.
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