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LITURGIA DEL VATICANO II

ASCENSIÓN DEL SEÑOR (5. vi.2011) - Ciclo A

ID, PREDICAD, BAUTIZAD

“Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”

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Estamos en el monte de Galilea donde el Resucitado ha convocado a sus discípulos. Se van a despedir de modo definitivo. Por eso Jesús adopta un estilo solemne, inhabitual en él: “Se me ha dado pleno poder en el Cielo y en la tierra”. Que es tanto como decir: tengo una autoridad que se extiende a todos y a todo, soy dominador del cielo y la tierra. Por eso os puedo mandar esto: “Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. En la primera misión les había mandado expresamente limitarse a las “ovejas perdidas de la casa de Israel”. Ahora, en cambio, les envía  a todos los pueblos y a todos los hombres. Además, ya no será él quien llame a seguirle -como hizo con ellos-, sino que serán ellos quienes lo hagan en su nombre, representándole a él. Esta será su misión: hacer discípulos suyos a los hombres, vincularles con su Persona, ayudarles a establecer una comunión de vida con él y aceptar que sea él quien indique el camino, quien determine la forma y la orientación de la vida. No lo harán con la fuerza ni con el poder sino apelando a su libre decisión y mediante el sacramento del Bautismo conferido en el nombre de las tres Personas divinas. Ese sacramento sumerge en el ámbito de la vida divina, da el Espíritu Santo, hace hijos de Dios y hermanos unos de otros. El Bautismo irá precedido del anuncio de Dios y de la adhesión a él por la fe. Y llevará consigo una vida coherente con él: “Enseñadles a guardar todo lo que Yo os he mandado”. ¡Una tarea imposible si cuentan con su propia valía y poder! Pero realizable si no olvidan sus últimas palabras: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Ahora somos tú y yo –los discípulos de este momento- los que hemos de anunciar a Jesucristo a nuestros contemporáneos, hablarles de la maravilla del Bautismo e invitarles a seguir a Jesús. El mandato de Jesús sigue en pie: “Haced discípulos a todos los hombres, decidles lo que Yo he hecho por ellos, y ayudadles a que piden el Bautismo”.                   

 

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