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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 4 del Tiempo Ordinario (30.1.2022)- Ciclo C

EL PRECIO DEL VERDADERO PROFETA

“Nadie es profeta en su tierra”

Seguimos en la sinagoga de Nazaret. Pero el clima de hoy ha cambiado radicalmente. Si el domingo anterior era de admiración, hoy los asistentes a la liturgia sabática se han puesto furiosos. ¿Qué ha ocurrido? Que se ha cumplido el refrán: “Nadie es profeta en su tierra”. Cuando Jesús ha interpretado de sí mismo la profecía de Isaías sobre el Mesías, la gente ha dicho: ¡Imposible, él es “el hijo del carpintero”! A Jesús le ha dolido la  incredulidad de sus paisanos y les ha recordado que  Elías y Eliseo realizaron dos grandes milagros con extranjeros: uno de Sidón y otro de Siria, indicando así que, a veces, hay más fe fuera que dentro. Y, al oírlo, “se pusieron furiosos”, dice literalmente san Marcos. Más aún, “lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba el pueblo, con intención de despeñarle”. La escena no puede ser más actual. Si un obispo, un sacerdote o un cristiano enseña que un hombre siempre será hombre y una mujer siempre será mujer, que el aborto no es un derecho sino una injusticia y una derrota moral y social, y que una persona nunca pierde su dignidad originaria sean cuales sean sus comportamientos, se ponen “furiosos” en la televisión, la prensa y las redes sociales y tratan de despeñarle desde el barranco de la opinión pública y hundir su fama y su persona. Es la suerte que corren los verdaderos profetas. No tratan de agradar al público sino de proclamar la verdad y pagar el precio en su persona (dice Benedicto XVI).Jesús vino a dar testimonio de la verdad. Le costó la vida. Pero así salvó al mundo.. 

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