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LITURGIA DEL VATICANO II

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO (4.XII.2011) - Ciclo B

LOS EUROPEOS NECESITAMOS CAMBIAR

«Preparad el camino del Señor»

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Leo en la prensa que el Parlamento Europeo ha aprobado el aborto libre para evitar el contagio del SIDA. Es una muestra más de la deriva de la clase política de este continente, en otro momento grande y hoy corroído moralmente en su misma médula. La crisis económica no es nada comparada con la crisis religiosa y moral. Dios ha desaparecido del horizonte de muchísimos europeos. ¿Qué cosa más lógica que, esto supuesto, campe por sus fueros la corrupción de los políticos, de los empresarios, de los sindicatos, de los banqueros, de los jueces? ¿Qué cosa más normal que los jóvenes confundan amor y fornicación, que los matrimonios se cierren a la vida, que sean incontables los que se divorcian –ante los hombres, no ante Dios-, que los periodistas jueguen con la fama del prójimo, que se explote a la mujer y que ella venda su cuerpo? Aunque la lista no es completa, es suficiente para afirmar que el personaje que hoy presenta el Evangelio: Juan el Bautista, aunque vivió hace dos mil años, sigue siendo enormemente actual. Él, consciente de ser el Precursor del Mesías, salió a decir a la gente que tenía que cambiar de mentalidad y de conducta, reconocer ante Dios sus pecados y recibir el bautismo de penitencia. Porque Dios no puede entrar en quien le cierra por dentro su corazón con la llave del pecado, sobre todo, cuando éste es habitual. El Bautista nos diría hoy a los europeos -los españoles y los burgaleses también lo somos- que necesitamos cambiar de mentalidad  y de conducta en cosas tan esenciales como el noviazgo, el matrimonio, el aborto, la eutanasia, el robo, la corrupción económica y social, la justicia, la calumnia... Sobre todo, nos diría que necesitamos cambiar respecto a nuestra creencia en Dios. Juan el Bautista no se hace presente en persona; pero sí en su mensaje. El que quiera hacerle caso, ha de confesar sus pecados y reemprender el retorno a Dios. Sólo así estará preparando de verdad a la Navidad. Y, de paso, estará haciendo que Europa sea mucho más digna y mucho más humana.   

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