Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

JESÚS ESTÁ ENTRE NOSOTROS

«Soy Yo»

__________________________________________________

Continuamos en el Cenáculo de Jerusalén en la tarde-noche del primer domingo de la historia. Acaban de llegar los discípulos de Emaús y les falta tiempo para decir a los Once que han visto Resucitado al Crucificado. No pueden entrar en detalles, porque el mismo Resucitado se hace presente. En un primer momento, los Once se asustan y piensan que ven un fantasma. Jesús les tranquiliza: «¿Por qué os alarmáis? Mirad mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que tengo yo» Y les muestra «las manos y los pies» Como ellos siguen atónitos, Jesús tiene que insistir: «¿Tenéis algo que comer?» Ellos le ofrecen «un trozo de pez asado» Él lo toma y come. Ahora todo se hace alegría. ¡Jesús ha resucitado y está de nuevo con ellos! Sí, está con ellos y les va a hacer tres cosas. En primer lugar, que comprendan el sentido de la Escritura: «El Mesías tenía que morir y resucitar al tercer día». En segundo término, que les quede meridianamente claro cuál es su misión: ser sus «testigos». No hablarán sobre algo que han pensado, imaginado o especulado. No. Hablarán de lo que han visto. Su predicación no se fundamentará en ideas u opiniones personales sino en un acontecimiento histórico. Finalmente, que sean conscientes de que esta misión supera completamente sus fuerzas y posibilidades. Pero no importa: les enviará el Espíritu Santo. Con él, tendrán la fuerza y convicción necesarias para pregonar el mensaje de su Muerte y Resurrección a lo largo y ancho del mundo. Gracias al Espíritu Santo, su testimonio ha sido aceptado y acogido por miles de millones de hombres y mujeres. Nosotros somos parte de ellos. No hemos visto al Resucitado con los ojos de la cara, pero tampoco yo he visto Pequín y sé que existe. Por el testimonio de los que le han visto, sabemos que Jesucristo está vivo. Más aún, que vive con nosotros y entre nosotros. La Resurrección nos hace contemporáneos de Jesús. Nos relacionamos personalmente con él. ¡Qué maravilla ser cristiano!              

0 comentarios