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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 4 de Adviento (24. XII. 2017) - Ciclo B

¿QUÉ ES NAVIDAD?

“Aquí está la esclava del Señor”

******************No suele suceder que, al comentar el evangelio de este domingo, se pueda decir: “Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad”. Efectivamente esta noche, vayamos no a la Misa de Gallo, todos estaremos reunidos a la mesa porque es Nochebuena. Y todos nos felicitaremos con este sencillo y emotivo saludo: “Feliz Navidad”. Ahora, cuando los vientos contaminados de la historia tratan de manchar las aguas cristalinas de este inefable misterio, quizás no esté de más recordar que Navidad es lo que aprendimos de nuestros padres, de nuestros sacerdotes, de nuestros vecinos de toda la vida: Navidad es el Nacimiento de Dios hecho hombre para salvarnos del pecado y de la muerte eterna. Una Noche como la de hoy, hace unos dos mil años, la Virgen María nos entregó al Hijo que llevaba en sus entrañas. El Hijo que no tenía como padre a un hombre sino que había sido concebido por el Espíritu Santo. Dios se había fijado en Ella y por medio del ángel le había comunicado que la necesitaba para que le diese a su Hijo lo que todas las madres, y sólo ellas, pueden dar: su amor de madre, su seno, su carne, su sangre, en una palabra: todo. A Ella incluso se le pidió más: que se entregase en cuerpo y alma a la misión que ese Hijo venía a cumplir. María se encontró ante una maternidad absolutamente desconocida, porque nunca había existido otra igual ni volvería a existir: ser hecha madre por el mismo Dios. ¡Qué acto de fe tan grande tuvo que hacer para aceptar lo que el ángel le proponía! No se le pedía aceptar una serie de verdades. Se le pedía fiarse completamente de Dios. Ella, a ojos ciegas, respondió con la palabra que una judía de su tiempo daba una respuesta afirmativa: “Amén”. María firmó un cheque en blanco a Dios para lo que ahora quería y para lo que querría más tarde: “Aquí está la esclava del Señor, hágase como Él lo quiere”. Entonces tuvo lugar el primer acto de la Navidad, el más importante. Porque en aquel momento ¡Dios se hizo hombre! Belén pondría el segundo acto, al darnos al Niño-Dios, hecho nada por nosotros. ¡Feliz Navidad! Explotemos de alegría, porque Dios nos ama con locura.         

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