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LITURGIA DEL VATICANO II

Bautismo del Señor (10. I. 2021)- Ciclo B

TODOS HIJOS Y ALGUNOS MÁS HIJOS

“Tú eres mi Hijo amado”

*** Hoy es el Bautismo del Señor. Cerramos así el ciclo de Navidad. El evangelio es uno de los más breves y, a la vez, más densos del año. Pues nos descubre que el Dios cristiano es Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Hijo es Jesús de Nazaret. Nadie lo diría, pues de Nazaret no puede salir algo bueno, dirá luego uno de sus discípulos. Además, está en la fila de los pecadores. Pero el Padre nos dice: no os engañéis. Éste no es un pecador. Es “mi Hijo”, al que yo amo más que a nadie, mi preferido. Lo he enviado para que se solidarice con vosotros hasta el extremo de hacerse responsable de vuestros pecados en el “bautismo” de la cruz. Finalmente entra en escena el Espíritu Santo. Porque al salir Jesús del agua del Jordán descendió sobre él el Espíritu Santo en forma de paloma. Con esta extrema sencillez se nos revela lo que llamamos “el misterio de la Santísima Trinidad”: que Dios es uno y tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Muchos de los que lean este comentario han recibido el bautismo “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, mientras el sacerdote derramaba agua en la cabeza. En ese momento se nos perdonó el pecado original y nos convertimos en hijos especiales de Dios. Ya éramos hijos, porque Dios nos ha dado la vida. Pero el bautismo nos hace hijos de un modo incomparablemente superior, pues nos hace partícipes de la filiación divina del Hijo amado. “Hijos en el Hijo” ¡Qué regalo nos hicieron Dios y nuestros padres llevándonos a bautizar! Agradezcámoselo. Padres, seguid pidiendo al bautismo para los hijos.      

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