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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo de la S. Familia (27.XII.2020 ) - Ciclo B

LA FAMILIA, GRAN TESORO

“Crecía en edad y gracia”

Iguales, diferentes y complementarios. Esta es la marca que el Creador ha dejado impresa en el hombre y en la mujer. Iguales, porque ambos son personas espirituales y corpóreas -mitad ángel y mistad bestia, dice Pascal-. Diferentes, porque por naturaleza uno es varón y el otro hembra y poseen unas características propias e intransferibles, más allá de las situaciones culturales y sociales. Complementarias, porque el Creador los ha ideado en vistas a que, uniéndose entre sí y cooperando con él,  comuniquen el prodigio de nuevas vidas en el matrimonio. Gracias a ello surge esa nueva realidad que llamamos familia, célula de la sociedad y anterior a ella y que el mismo Dios asumió y santificó al hacerse hombre. En ella, además de recibir el don de la vida, se aprende lo que es el amor verdadero e incondicional y las virtudes básicas para afrontar la existencia, por ejemplo, la solidaridad, la aceptación del otro  tal  cual es, el trabajo, la justicia. Quienes han nacido en una familia cristiana, han heredado el tesoro de la fe desde su más tierna edad y con ella la apertura y aceptación de Dios, el amor al prójimo, el cariño a la Virgen, la oración y un largo etcétera. La familia sufre hoy los embates de una cultura antinatalista, utilitarista y que propugna vivir como si Dios no existiera. A ello se une el ambiente de adolescencia social, que dificulta la estabilidad y la madurez de la persona y el cumplimiento de la palabra dada. Pidamos a la Sagrada Familia que bendiga las nuestras y las ayude a vivir sus virtudes domésticas: el amor y la fidelidad.

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