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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 15 del Tiempo Ordinario (11.7.2021) - Ciclo B

DISCÍPULOS MISIONEROS

“No llevéis nada para el camino”

*** Jesús pudo realizar él solo su misión y su obra. Porque le sobraba poder, sabiduría y bondad. Sin embargo, quiso asociarse un grupo de hombres como nosotros. Lo que  conocemos como “Los doce apóstoles” o “Los Doce”. Desde el primer momento dejaron “sus cosas” y se fueron a vivir con Jesús. Fue muna experiencia previa y decisiva. Porque ellos eran un don nadie por sí mismos. En un momento determinado Jesús les envía como misioneros. De ello habla el evangelio de hoy. Les envía con lo puesto, con lo que necesita un caminante: un bastón, una túnica y unas sandalias. Pero les envía –y esto es lo verdaderamente importante- con este bagaje: su mensaje, su poder y su representación. Han de predicar y demostrar que Dios ha entrado ya en la historia como salvador del hombre. Por eso predican “el Reino de Dios ha llegado”, curan a los enfermos y echan a los demonios. Obedientes al mandato, fueron, hicieron lo que les había mandado y regresaron contando las maravillas que habían salido de sus manos. Ese envío continúa en los bautizados. Cada bautizado es un misionero y no es buen bautizado el que no es misionero. No hace faltar ir a Oceanía o África. El tajo de la misión está mucho más a mano: son tus hijos, tus compañeros de profesión, tus amigos, todos cuantos se entrecruzan en el sendero de tu vida. Si cuando vas a la universidad o al colegio, al hospital, a la fábrica, al banco, al bar, al comercio te sientes y eres misionero, además de ser un cristiano responsable, te sentirás enormemente contento. Porque también Jesús obrará maravillas por tu medio.       

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