Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 31 del Tiempo Ordinario (30.10.2022) - Ciclo C

LA FUERZA DEL AMOR MISERICORDIOSO

“Hoy ha sido la salvación de esta casa”

Estamos en Jericó, ciudad cosmopolita, multiétnica y rica en dinero y vicios. Aquí vive Zaqueo. Es “publicano”, es decir, recaudador de impuestos. Es muy rico, porque es el “jefe” de todos los de su oficio que hay en la ciudad. Todo el mundo le conoce y considera “pecador público”, pues cobra los impuestos para el poder invasor: Roma. Con todo, no es una manzana completamente podrida. En el hondón de su alma hay una cierta nostalgia de Dios, una cierta nostalgia del bien. Por eso, al oír que Jesús se encentra en la ciudad para subir a Jerusalén, corre a subirse a un árbol para verle, porque es muy pequeño de estatura.  Cuando llega Jesús, se detiene y le dice: “Zaqueo, baja enseguida porque quiero comer contigo en tu casa”. El escándalo que se monta es más que mayúsculo. Jesús lo sabe, pero arriesga. Y gana la partida. Ya en casa, en un momento del convite, Zaqueo se pone en pie y dice a Jesús: “Mira, si a alguno he robado, le devolveré el doble y al que haya estafado, le devolveré cuatro veces más”. El amor de Dios, hecho misericordia sincera, ha derretido la miseria de Zaqueo. Jesús apostilla: “Hoy ha sido la salvación de esta casa. También éste es hijo de Abrahán”. Todos somos un poco o un mucho Zaqueo, aunque no seamos  ricos ni recaudadores de impuestos. Todos, también, llevamos en el fondo del alma la nostalgia de Dios, la nostalgia de una vida recta, de una existencia que valga la pena. Hoy pasa Jesús junto a nosotros y nos ofrece su amor misericordioso. ¡Ojalá lo acojamos con el mismo gozo y sinceridad que el Zaqueo de Jericó!

0 comentarios