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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 25 del Tiempo Ordinario (23.IX.2012) - Ciclo B

¿ES LA RESPUESTA EL

SUPERHOMBRE?

“El que quiera ser grande, que sea servidor de todos”

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Nietzsche combatió ferozmente el cristianismo, porque –según él- había introducido en la sociedad ‘el cáncer’ de la  humildad y de la renuncia. Frente a este valor evangélico opuso el de la ‘voluntad de poder’, encarnado en  el superhombre: el hombre que quiere engrandecerse, no abajarse. Nietzsche no entendió lo que es la verdadera humildad y, por ello, tampoco entendió lo que es la verdadera grandeza. ¿Fue poca cosa la Madre Teresa de Calcuta y un hombre grande Hitler? ¿Son grandes esos multimillonarios que no tienen más dios que su dinero y pisotean los derechos más elementales de los pobres y son poca cosa los misioneros que entregan su vida en un rincón de la selva, sin más testigos que su propio servicio por amor a Dios y a los demás? Pero no pensemos sólo en el nazismo o en los poseedores de ingente poder económico, político y mediático. Casi todos los males del mundo provienen de la misma fuente y tienen idéntica raíz. ¿Quién, por ejemplo, provoca las guerras? El evangelio de este domingo nos da la respuesta: el afán de dominio de los unos sobre los otros. El afán de dominio de un pueblo sobre otro, de una raza sobre otra, de un partido político sobre otro, de un sexo sobre otro, incluso –en el caso del fundamentalismo- de una religión sobre otra. Con el ‘superhombre’ de Nietzsche todos perdemos. En cambio, con el modelo que propone Jesús: “el que quiera ser grande, que se haga servidor de todos”, ganamos todos. El que se hace grande sirviendo, hace grandes a los demás y, en vez de sobreponerse a ellos, les levanta consigo. Es la historia de los grandes maestros, de los grandes hombres de Estado, de los grandes benefactores de la humanidad. Es la historia de los santos, especialmente, de los mártires. ¡Qué  bien nos vendría meditar y sacar conclusiones operativas -para nuestra vida diaria en familia, en el trabajo, en las relaciones sociales- de estas palabras de Cristo a sus apóstoles, que discutían  quién era el primero y el más importante: “Quien quiera ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos”!.     

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