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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 3 de Cuaresma (12-3-2023) - Ciclo A

LA SED QUE SÓLO DIOS SACIA

¡Si supieras quién te pide de beber!

Jesús está sentado en el brocal del pozo de Jacob. Está cansado y sediento tras una larga caminata  a pleno sol. Llega una mujer para sacar agua. Jesús le dice: “Dame de beber”. Inicia así el diálogo, a pesar de estar mal visto que un hombre hable a solas con una mujer que, además, es de un pueblo con el que los judíos no se tratan y ha tenido cinco maridos y ahora convive con otro que tampoco lo es. Pero Jesús desconoce fronteras de raza, geografía o religión, pues ha venido a salvar a todos. La mujer se sorprende y le responde: “¿Cómo, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” Ya se ha roto el hielo. Jesús introduce un registro muy femenino y le responde intrigándola: “Si supieras quién es el que te pide beber, tú le pedirías de beber y él te daría agua viva”. Picada en su curiosidad, le replica: Si no tienes cubo para sacarla y el pozo es hondo, ¿cómo puedes hacer eso? Jesús sigue intrigándola: El que bebe el agua de este pozo, vuelve a tener sed. Pero el que beba el agua que yo le daré, no volverá a tener sed. Ya se ha creado el clima adecuado:: “Dame esa agua”. dice la mujer. Efectivamente, Jesús -que no defrauda nunca- le da el agua de la fe, la única que puede saciar la sed espiritual de Dios que tenemos todos. Es la fe que recibirán los catecúmenos en el bautismo de la próxima Vigilia Pascual y que hemos recibido los ya bautizados. Esa fe que debemos renovar o recuperar durante la cuaresma. Luego la llevaremos a quienes nunca la han tenido o la han perdido  Porque los dones de Dios no se pueden guardar por egoísmo o por miedo..

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