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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 5 de Cuaresma (17.3.2024) - Ciclo B

EL CAMINO PARA DEJAR HUELLA

“Si el grano de trigo muere, da mucho fruto”

El próximo domingo es “Domingo de Ramos en la Pasión del Señor”. Con él nos adentraremos cada vez más en el misterio de la pasión y muerte del Señor. La Iglesia desea que no seamos extraños espectadores sino verdaderos actores de tan gran misterio. Por eso quiere prepararnos ya desde este domingo con un evangelio en el que Jesucristo se compara a un grano de trigo que cae en la tierra y que, destruyéndose, se multiplica. La tierra en la que ese grano cae, no es como las que siembran nuestros labradores sino la cruz. El grano que en ella se siembra y se destruye con la muerte es el cuerpo de Jesús. Quien lo vea desde fuera –con ojos humanos-, puede pensar que él ha sido un malhechor o un vencido incapaz de librarse de sus enemigos. Pero quien lo contempla con ojos de fe, descubre que es su  triunfo y su glorificación. Entregando su vida por amor, realiza el plan de salvación que el Padre le había encomendado y reconcilia con Dios a todos los hombres de todos los tiempos. Él mismo se lo que dice a Andrés, cuando éste le ruega que reciba a unos griegos que quieren hablar con él: “Cuando sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia Mí”. El grano de trigo destruido, se ha multiplicado de modo extraordinario. Cuando dentro de tres días vuelva a la vida resucitado, su gloria y exaltación llegará a la cumbre. Quienes somos sus discípulos, no tenemos otro camino si queremos dejar huella en nuestro paso por este mundo. Para ser fecundos hay que hacerse grano de trigo que se entrega por amor un día y otro hasta que Dios nos llame a su presencia.

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