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LITURGIA DEL VATICANO II

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS (19.5.2024) - Ciclo B

VOCACIÓN Y MISIÓN

“Como el Padre me ha enviado, así os envío Yo”

“Nos hace bien recordar que la Iglesia no es una élite de los sacerdotes, de los consagrados, de los obispos, sino que todos formamos el santo pueblo de Dios”, porque  “a nadie le han bautizado cura ni obispo”. Estas palabras del papa Francisco resuenan con especial fuerza al celebrar la solemnidad de Pentecostés. Porque hoy es el día en que la Iglesia dedica al apostolado de los laicos. A estas alturas de la historia aparece con nitidez que o los fieles laicos despiertan de su somnolencia y apatía misionera y se lanzan a la evangelización del mundo o el mundo se alejará cada vez más de Dios. Porque el mundo no está en las sacristías ni en sus aledaños. El mundo, como nos acaban de recordar los obispos españoles en un mensaje para este  día, está “en los ámbitos de la familia, del trabajo, de la educación, del cuidado de la casa común y, de una manera particular, en la vida pública”, que son los ámbitos en los que “el laicado vive su vocación encarnado en el mundo”. Por eso resulta lógico que el papa Francisco, dirigiéndose al Congreso de Laicos en 2020, dijera: “Es la hora de ustedes, de hombres y mujeres comprometidos en el mundo de la cultura, de la política, de la industria. Les animo a que vivan su propia vocación inmersos en el mundo, escuchando, con Dios y con la Iglesia, los latidos de sus contemporáneos”. Los obispos españoles lo resumen así: “En definitiva, se trata de que el laico sea laico”. Pidamos al Espíritu Santo que cure nuestros miedos y cobardías como se los curó a los apóstoles, y nos dé un nuevo y vigoroso impulso evangelizador.

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