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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 13 del Tiempo Ordinario (30.6.2024) - Ciclo B

JESÚS ANTE LA ENFERMEDAD Y LA MUERTE

“No temas, basta con que tengas fe”

Jesús se dirige a la casa de un personaje importante. Se llama Jairo y es el jefe de la sinagoga. Tiene una niña de doce años que se está muriendo y ha venido a pedir a Jesús que la cure. De pronto se le acerca un allegado y le dice al oído: no molestes al maestro, tu hija acaba de morir. Jesús logra oírlo y dice a Jairo: “no temas, basta con que tengas fe”. Llegan a casa y la niña, efectivamente, está muerta. Pero Jesús tiene más poder que la muerte. Toma la mano de la niña y le dice: “Contigo hablo, levántate”. La muerte se rinde y la niña resucita. Antes ha tenido lugar algo extraordinario. Una mujer, con una enfermedad incurable, ha tocado el manto de Jesús con tanta fe y convicción que se ha curado. “Si le toco, me curo”, se decía. Le tocó y se curó. Jesús proclama delante de todos: “Tu fe te ha curado”. Está bien que acudamos a Jesús para pedirle la curación de una enfermedad, la protección ante una ruina económica o la superación de un fracaso. Pero es preciso superar la cultura de lo material y pedir con insistencia otro tipo de cosas. Por ejemplo, que nos aumente la fe, que nos acordemos más de él a lo largo del día, que gastemos mucho menos sin necesidad, que acerque a nuestros hijos a la fe y a la práctica religiosa, que en estas vacaciones tengamos un comportamiento propio de discípulos suyos, que ayude a los médicos a ser cada vez más competentes y más humanos con los enfermos, que conceda la paz a los países en guerra y tantas cosas más. Jesús quiere y puede hacer milagros. Tengamos fe y perseverancia en el pedir.    

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