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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 2 del Tiempo Ordianrio (19.1.2025) - Ciclo C

UN MILAGRO Y UN SIGNO

“Haced lo que Él os diga”

Estamos en Caná de Galilea, cinco quilómetros al norte de Nazaret. Se celebra una boda de una pareja emparentada con la madre de Jesús, pues ella se encuentra entre los invitados más íntimos. Jesús mismo se unirá con sus discípulos al final. Como las bodas en esa región duran varios días y en ellas va participando gente más o menos emparentada con los novios es difícil prever los preparativos, provocando situaciones embarazosas, como ocurre en esta ocasión. Comenzó a escasear el vino, elemento indispensable en una boda oriental. María se da cuenta y advierte que el día más feliz de aquellos esposos se puede convertir en un día de gran disgusto por el ridículo a que se exponen. Sin que nadie se lo pida, se acerca a Jesús y le dice con sencillez: “no tienen vino”. Jesús entiende que le pide un milagro, como trasparenta su respuesta: “Mujer, aún no ha llegado mi hora”. Pero Ella conoce bien a su Hijo y sabe que hará lo que le ha pedido. Por eso, dice a los sirvientes: “Haced lo que Él os diga”. Lo que él les dijo fue: “llenad de agua las tinajas”. Las llenaron hasta el borde. Contenían unos seiscientos litros. Cuando los sirvientes se lo llevaron al metre para probarlo, sin decirle nada, éste se enfadó con el esposo, por haber hecho lo contrario de lo que se hacía siempre: dejar para el final el vino peleón y dar al principio “el de más calidad”.  El metre no sabía que Jesús había hecho “un milagro”. Los sirvientes sí lo sabían. Pero ignoraban que fuese también “un signo”. El signo del mejor vino que puede dar Jesús: el vino convertido en su Sangre en la Eucaristía. 

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