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LITURGIA DEL VATICANO II

EL BAUTISMO DEL SEÑOR (10.I.10)- Ciclo C

BAUTISMO Y RESPONSABILIDAD

«Jesús fue bautizado»

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Yo había leído la anécdota, pero la había colgado de una percha errónea en lugar de atribuírsela a san Luis de Francia. Resulta que cuando este santo rey tenía un hijo, no le besaba hasta que había recibido el Bautismo. Cuando alguien, extrañado, le preguntó por qué actuaba así, san Luis le contestó: «Cuando nace, es hijo mío; cuando recibe el Bautismo es hijo de Dios». Sí, todo  bautizado se hace nueva criatura, hijo de Dios, templo del Espíritu Santo y sagrario de la Santísima Trinidad, miembro de la Iglesia. Es limpiado del pecado original y, si es adulto, de los pecados personales que haya cometido. Recibe también un sello espiritual que le acredita que es posesión de Dios y que Dios se hace cargo de protegerle y cuidarle. Por eso, el Bautismo es un inmenso don, un regalo que no tiene precio. De ahí que lo mejor que pueden hacer los padres, cuando Dios les bendice con un nuevo hijo, es pedir para él el Bautismo. Ahora, algunos padres se preguntan si no sería mejor esperar a que el hijo fuera mayor y lo pidiera libremente. Algunos, ni siquiera se lo plantean y ya no les bautizan. Pienso que no actúan así en todo lo demás. De hecho, como los niños tienen que ser amados, los padres les dan comida, vestido, una familia, un médico cuando están enfermos, les enseñan la lengua materna, les llevan al colegio, se preocupan de que aprendan la natación y la música, etcétera. Todo esto lo hacen sin esperar a que ellos lo puedan entender y decidir. Saben muy bien que si esperaran, entonces los hijos no estarían vivos ni tendrían capacidad para decidir nada. Lo mejor para los hijos es que sus padres les lleven a bautizar. Pero no deben contentarse con esto. Lo lógico es antes del Bautismo se preparen para celebrarlo como pide tan gran acontecimiento. Después del Bautismo, deben educarlos cristianamente, para que, a ejemplo de Jesús, crezcan en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. Y al elegir un padrino y/o una madrina, no han de hacerlo para cumplir el expediente ni sólo por motivos de parentesco o amistad. Un padrino es una ayuda con la que los padres cuentan para la educación cristiana de su hijo.         

 

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