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LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO 23 DEL TIEMPO ORDINARIO (5.IX.2010) - Ciclo C

LAS CONDICIONES LAS PONE

JESÚS

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Jesús está subiendo a Jerusalén. En su camino le sigue mucha gente. Están fascinados por él. Él no los rechaza, pero tampoco quiere que le sigan con falsas esperanzas. Quien se vincule a él, ha de saber qué le exige, cuáles son las condiciones que impone y estar dispuesto a cumplirlas. Una de estas condiciones es que ha de preferirle a él a cualquiera otra persona, aunque sea tan querida y próxima como el padre, la madre, el hijo, la hija, el esposo o la esposa. «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío». La sequela Christi, el seguimiento de Cristo, o es total o no es tal. El amor hacia él no excluye el amor a los demás hombres. Es exactamente lo contrario, porque él quiere que amemos al prójimo hasta dar la vida. Pero si alguien tiene que hacer una opción entre Cristo y otra persona –como puede ocurrirle al que ha de ir a un convento, hacerse sacerdote o entregarse a Dios en celibato en medio del mundo-, aunque se trate de una persona muy cercana y querida, debe optar por Jesús. Además, quien quiera seguirle, ha de hacerlo en los tramos de camino llanos y en los de montaña empinada, en los que agradan y en los que implican cargar con la cruz. No vale elegir sólo aquellos tramos que son placenteros. Ha de elegir lo agradable y lo desagradable, lo que no cuesta y lo que cuesta muchísimo. Jesús no quiere amargarnos la vida ni matar el amor. Pero tiene la experiencia de que la fidelidad obediente a la voluntad del Padre puede exigirnos incluso dar la propia vida. ¡El valor supremo no es la vida sino la voluntad del Padre! No cabe un cristianismo a la carta, un cristianismo a nuestra medida, a nuestro gusto. No existe un Jesús del que se puedan escoger unos rasgos y excluir otros. Quien se decide por él, se decide en su totalidad y para todo el camino. ¡Qué atrayente es esto, hasta desde el punto de vista humano! Incomparablemente más que un cristianismo edulcorado, sin aristas y sin mordiente.

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