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LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO QUINTO DE PASCUA (22.V.2011) - Ciclo A

 

CAMINO, VERDAD Y VIDA

«Quien me ha visto, ha visto al Padre»

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Estamos en el Cenáculo, donde Jesús está despidiéndose de sus apóstoles y comiendo la última cena que tendrá con ellos. Un clima de tristeza embarga el alma de los apóstoles. Jesús se hace cargo de la situación y les consuela con unas palabras llenas de humanidad y cariño: «No os inquietéis. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Cuando me haya marchado y os haya preparado un lugar, de nuevo vendré y os llevaré junto a Mí». Su amistad no ha sido un intermedio gozoso que se interrumpe y acaba con la muerte, perdiéndose en el recuerdo. No. Jesús, no sólo no se separará de ellos para siempre sino que su marcha servirá para establecer una vinculación todavía más fuerte. Seguirán permanentemente unidos. La muerte, ya cercana, no será una separación definitiva sino la entrada en la casa del Padre, una vez que su humanidad haya sido exaltada y glorificada con la Resurrección. Allí está su Patria. Y allí está la Patria de los Apóstoles. Ellos también llegarán a ella un día. Les basta fiarse de él, creer en él, vivir como él les ha mandado. Ahora no pueden acompañarle, porque han de ir al mundo entero y anunciar a todos los hombres que él ha muerto y resucitado por todos, invitarlos a la conversión y bautizarlos. De momento les basta saber que «a donde Yo voy, ya sabéis el camino». Tomás no está muy de acuerdo. Si «no sabemos adónde vas –le dice-, ¿cómo podremos saber el camino?» La respuesta de Jesús llega hasta nosotros: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre si no es a través de Mí». Con su peculiar agudeza y brillantez, comenta san Agustín: «Jesús está como diciendo: ¿Por dónde quieres ir? Yo soy el Camino. ¿Adónde quiere ir? Yo soy la Verdad. ¿Dónde quieres ir? Yo soy la vida. Todo hombre alcanza a comprender la Verdad y la Vida, pero no todos encuentran el Camino. Los sabios del mundo comprenden que Dios es vida eterna y verdad cognoscible; pero el Verbo de Dios, que es Verdad y Vida junto al Padre, se ha hecho Camino asumiendo la naturaleza humana. Camina contemplando su humildad y llegarás hasta Dios». ¿Estamos recorriendo tú y yo este Camino?         

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