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LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO 17 DEL TIEMPO ORDINARIO (24.VII.2011) - Ciclo A

LO QUE VALE MÁS QUE TODO

«Vendió todo y compró el campo»

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Seguimos en el capítulo trece del evangelio de san Mateo, un capitulo monográfico sobre las parábolas del Reino. El evangelio de hoy recoge tres: un tesoro escondido en un campo y descubierto por un criado mientras lo araba; una perla de especial valor, que descubre un comerciante en perlas finas; y una red barredera, que arrastra hasta la orilla toda clase de peces y malezas, mezclados entre sí. El tesoro vale mucho más que el campo; por eso, el que lo encuentra, se calla y hace cuanto está en su mano para comprarlo. El comerciante que un día descubre una perla que es más valiosa que todas las que él posee, las vende todas para adquirirla. ¿De qué tesoro y de qué perla hablaba Jesús? De él mismo, del Reino que anunciaba y presentaba como enviado del Padre. Su doctrina, su obra y, sobre todo, su Persona –Él mismo- es el tesoro por el que vale la pena sacrificarlo todo y la perla que vale más que todos los bienes que estimamos los hombres y las mujeres: la salud, el dinero, la familia, la profesión, las cualidades y talentos personales, los proyectos de vida. Ese tesoro y esa perla no se nos regalan, sino que hay que “comprarlos”. Y, no a cualquier precio, sino empleando todas nuestras fuerzas, todo lo que somos y tenemos. Los santos lo han entendido muy bien. «Quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta», decía la santa de Ávila. «¡Jesucristo, Jesucristo!», repiten a coro las religiosas de La Aguilera a cuantos pasan por su convento. «Cuando comenzamos a tener una relación personal con Él, Cristo nos revela nuestra identidad y, con su amistad, la vida crece y se realiza en plenitud», recuerda el Papa a los jóvenes con los que se encontrará pronto en Madrid. Quizás sabemos muchas cosas. No es improbable que en el armario de casa haya muchos vestidos y corbatas. Con un poco de suerte, hasta es posible que estemos triunfado en la profesión y en los  negocios. Pero ¿hemos encontrado «el tesoro» que da sentido a nuestra vida, hemos descubierto «la perla» que vale más que todo lo que tenemos y amamos, nos hemos encontrado con la Persona de Jesús? Sólo Él es el tesoro, la perla y el todo.         

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