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LITURGIA DEL VATICANO II

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO (11. XII. 2011) - Ciclo B

¿CONOCEMOS DE VERDAD A JESUCRISTO?

«Está  en medio de vosotros»

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Nos encontramos a las orillas del Jordán. Juan predica con voz de trueno y llama a cambiar de criterios y de vida. Más aún, se dedica a bautizar. Toda Judea habla de él. Cuatrocientos años sin profeta tienen al pueblo hambriento de personas que proclamen la verdad con el poder de Dios. No ha hecho ningún milagro; le basta la fuerza de sus palabras. Le bastan, sí, al pueblo llano y sencillo, pero no a sus líderes, que le consideran un «agitador de masas». Juan, en efecto, no se ha limitado a predicar sino que ha ido mucho más lejos. Ellos han leído en Ezequiel que el Mesías tendrá derecho a bautizar. Y Elías, puesto que creen que volverá a la tierra para ungir al Mesías. Posiblemente lo tendrá también «el profeta», del cual ellos han hablado al pueblo, al explicarle un pasaje del Deuteronomio. Por eso, al ver que bautiza, le han enviado una embajada para probarle. La pregunta es sin rodeos: «¿Eres tú el Mesías, eres Elías, eres el profeta?» Juan es profundamente humilde y les responde: «Yo no soy el Mesías, ni Elías ni el profeta?» Luego añade con la misma sencillez y verdad: «Yo soy la voz del que grita en el desierto: Enderezad los caminos del Señor». Su respuesta ha sido un trallazo, por su claridad y exigencia. Pero los «embajadores» insisten: «Entonces, ¿por qué bautizas?» Juan vuelve a responder: «Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo, y al que no soy digno de desatar la sandalia» Al marcharse los embajadores, somos tú yo los invitados a dar vueltas a las palabras de Juan: «En medio de vosotros está uno al que no conocéis» Ya sé que muchos no quieren saber nada, porque dicen que Dios no existe o que no les interesa si existe o no. Afortunadamente, somos muchos más los que creemos en Dios y confesamos que Jesucristo es Dios hecho hombre. Pero ¿conocemos de verdad a Jesucristo, tratamos de parecernos a Él? Adviento es una ocasión de oro para comenzar a leer a diario el Evangelio y hacer oración con él. ¡Magnífica preparación para la Navidad!          

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