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LITURGIA DEL VATICANO II

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO (18. XII.2011) - Ciclo B

MARIA ES EL CAMINO Y EL

MODELO

«Aquí está la esclava del Señor»

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Ayer comenzó la segunda parte del Adviento y con él el último tramo del camino que desemboca en Navidad. En ese tramo se encuentra María, que ha sido requerida por Dios con su capacidad natural de mujer para que dé vida a Jesús: «Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo», le ha dicho el ángel. A ella se le confía la misión que una madre tiene para con su propio hijo. Se le pide una entrega total, corporal y espiritual, durante muchos años. María queda por completo al servicio de Jesús: su persona, su tiempo, su vida entera. Los planes de María han quedado totalmente cambiados. Ella pensaba ser virgen, y es llamada a ser madre. Había renunciado a lo que todas las mujeres judías aspiraban con ansia: ser la Madre del Mesías, y es requerida para que lo sea. No sabe cómo compaginar todas estas cosas, pero no quiere realizar sus planes y proyectos sino los de Dios. Y se pone a su entero servicio: «Aquí está la esclava del Señor, que se haga lo que él quiere». Su consentimiento no es a la fuerza, con resignación, como si no tuviera más remedio. Al contrario, el verbo que usa san Lucas para decirnos cuál fue la reacción emocional de María al anuncio del ángel indica alegría, deseo, impaciencia de que aquello se realice. El «hágase» de María fue, pues, la respuesta alegre y gozosa de la esposa al esposo el día de la boda. El ángel le comunica que Dios no la va a dejar sola en la realización de tan delicada y difícil misión. Al contrario, estará con Ella: «El Señor está contigo», palabras que la Sagrada Escritura reserva a los grandes llamados: Jacob, Moisés, Josué, David. En el cumplimiento de su misión, no dependerán sólo de sí mismos, de sus fuerzas humanas. Dios es demasiado fiel para llamar y luego dejar a uno abandonado a su propia suerte. Al contrario, llama, capacita para la misión y ayuda en su cumplimiento. Todo al mismo tiempo. Por eso, María es camino y modelo del cristiano que se prepara a la Navidad. Camino, porque nos conduce derechamente a Belén. Modelo, porque nos enseña cómo hemos de recorrerlo: decididos totalmente a acoger los planes de Dios y a confiar en su ayuda.  

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