Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

Tercer domingo de Adviento (15.XII.2013) -Ciclo A

EL EVANGELIO DE LAS TRES PREGUNTAS

¿Eres tú o debemos esperar a otro?

-------------------------------------------------------------------------

Juan el Bautista está en la cárcel, porque Herodes no le perdona que le haya  recriminado públicamente que conviva con la mujer de su hermano. Allí le han llegado noticias sobre Jesús. Y le han entrado dudas si será o no el Mesías. Por una parte, le parece que sí, pues hace cosas maravillosas; por otra parte, le parece que no, porque no separa el trigo de la cizaña –los buenos de los malos- como él mismo había predicado, y, además, podría haberle liberado a él de su cautiverio. La duda es demasiado importante como para dejarla en suspenso. Concibe un plan: dado que él no puede ir a escuchar y observar a Jesús, envía unos discípulos con el encargo preciso de formularle la gran pregunta: “¿Eres tú el Mesías o tenemos que esperar a otro?” Una pregunta que, desde entonces, no ha dejado de ser formulada en mil tonos y circunstancias. Jesús no responde directamente. Se remite a sus obras: “Id y decid a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia”. A Juan le sonaban esas palabras, porque conocía perfectamente lo que había profetizado Isaías sobre los tiempos mesiánicos: “Entonces se despegarán los ojos de los ciegos y las orejas de los sordos se abrirán, saltará el cojo como un ciervo y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo”. La respuesta no era evidente, pero tenía suficiente luz como para ser aceptada. Y, desde entonces, Juan la aceptó e identificó a Jesús con el personaje que él había anunciado y del que había sido mensajero. Todo esto nos enfrenta a nosotros con estas tres preguntas. Primera: “¿Me he preguntado en serio alguna vez quién es Jesús?”. Segunda: “¿Si alguien me preguntara en qué creo, qué me preocupa en la vida, para qué trabajo, me atrevería a responderle como Jesús: mira lo que hago, mira mis obras?” Tercera: “Ante los poderosos de este mundo: los que tienen el dinero, el poder y los medios ¿soy tan valiente como Juan o me doblo como una caña?” Jesús viene a nuestro encuentro para ayudarnos a responder. Porque hay que responder.Nos va la vida en ello.              

0 comentarios