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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 26 del Tiempo Ordinario (30.9.2018) - Ciclo B

UNA EPIDEMIA MODERNA

“Si tu ojo de escandaliza, arráncatelo”

**** El cristianismo es amable y atrayente, pero exigente y no acaramelado. El evangelio de hoy es una buena prueba. Jesús habla de colgarle a uno una rueda de molino y tirarle al mar para que vaya hasta el fondo. Dice también que hay que sacarse un ojo y cortarse una mano y el pie. Es un lenguaje duro y tajante y de una exigencia radical. De él echa mano Jesús para enseñar a sus discípulos cómo tienen que reaccionar y comportase cuando se trata de evitar el escándalo y los pecados mortales. Han de tomar medidas tan drásticas y dolorosas como quedarse tuertos, mancos o cojos antes que incitar al mal a los niños y a la gente buena y sencilla o cometer un pecado mortal. Es una enseñanza muy necesaria para tantos hombres y mujeres de este siglo XXI, que escandalizan a los sencillos y se ríen del pecado como si fuese una antigualla de gente inmadura y carca. Es escándalo es hoy algo tan generalizado, que bien puede llamarse epidemia. Escandalizan los políticos que roban o que se insultan en el Parlamento, escandalizan los y las que blasfeman contra Dios y su Santísima Madre, escandalizan los padres que dan malos ejemplos a sus hijos, escandalizan los profesores que pervierten la mente y las costumbres de sus alumnos, escandalizan los curas pederastas, escandalizan las películas y revistas pornográficas, escandalizan los programas televisivos que tergiversan la verdad para incitar al odio y a la venganza, escandalizan las modas que promueven los instintos y pasiones más bajos. Quienes queremos seguir a Jesucristo no podemos dejarnos atrapar por estas realidades sino que hemos de cortar por lo sano, aunque nos cueste tanto como sacarnos un  ojo o cortarnos una mano. Si actuamos así, es probable que nos tilden de gente a la que se le ha parado el reloj de la historia y está fuera de la modernidad. Peores cosas dijeron de Jesús y no se achantó. La luz brilla con más claridad cuando es totalmente de  noche y la sal evita la corrupción cuanto mejor sal sea. Los cristianos de hoy, aunque seamos minoría, hemos de ser luz en la noche y sal que evita la corrupción. Vale la pena. Incluso como simples hombres o mujeres.         

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