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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 4 de Pascua (12. V. 2019) - Ciclo C

LA SEGURIDAD DE UNA AMISTAD

“Nadie las arrebatará de mi mano”

**** Quizás sea hoy la única ocasión en que el evangelio es tan breve que permite trascribirlo en su integridad. Dice así: “Mis ovejas escuchan mi voz y Yo las conozco y ellas me siguen; y Yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno”. A pesar de su extrema brevedad, este evangelio tiene una riqueza inmensa. Tres son las ideas principales que desarrolla: la relación que existe entre el pastor y las ovejas, entre él y nosotros; lo que él hace por sus ovejas, por nosotros, y lo que nosotros podemos esperar de él; y, finalmente, que nosotros somos sus ovejas porque el Padre se las ha dado y éste tiene un poder superior a todos nuestros enemigos. La relación entre el pastor y las ovejas es una relación de amor, profunda e íntima. No es protocolaria ni fría ni superficial. Él las habla y ellas le escuchan. Él marca el paso y ellas le siguen. Surge así una relación de amistad recíproca y mutua confianza. De esta amistad, las ovejas podemos esperarlo todo de Jesús: tendremos la vida eterna, no pereceremos para siempre y nadie podrá robarnos su amistad y su ayuda. Nos dará la vida eterna, porque tiene poder para alejar todos los peligros que nos asalten y porque tiene poder incluso para liberarnos de nuestra muerte, Y así lo hará al final de los tiempos, cuando nos resucite y nunca más volvamos a morir sino que vivamos para siempre. Qué fortuna la nuestra, si dejamos que él sea nuestro buen Pastor. Además, qué consuelo lo que añade para terminar: Mis ovejas, nosotros, me las ha dado el Padre, que es más fuerte y poderoso que todos nuestros enemigos interiores y exteriores. Estas palabras, que fueron siempre un ancla segura para la esperanza y la alegría de los cristianos, lo son hoy de modo muy especial. Porque ahora aúllan con especial intensidad los lobos de dentro y de fuera y la tormenta ruge con fuerza de una galerna. ¡Serenos y tranquilos! Dios está de nuestra parte, el Pastor cuida de sus ovejas. Nada hay que temer. Volverá a lucir el sol de la paz y de la estima.     

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