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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 16 del Tiempo Ordinario (21. VIII. 2019) - Ciclo C

¿TRABAJAR O REZAR?

“María ha elegido lo mejor”

***Estamos en Betania, un pueblecito próximo a Jerusalén. Jesús ha venido a descansar en casa de las hermanas Marta y María. Se ha presentado con sus doce discípulos. Las dos hermanas están encantadas de tenerle de nuevo en casa. Marta se ha puesto de inmediato a preparar la comida. No es sencillo, porque hay que preparar para quince. Y comienza a trajinar. María, en cambio, prefiere estar con Jesús y escucharle. Marta, que va y viene, al principio se ha sonreído pero pronto comienza a ponerse nerviosa. En un momento en que se siente desbordada, estalla y le dice confiadamente a Jesús: “Dile a María que me eche una mano”. La propuesta de Marta parece lógica. Sin embargo, Jesús no lo ve así, y le responde: “Marta, Marta, andas inquieta con muchas cosas. Una sola es necesaria. María ha elegido lo mejor”. ¡Falso dilema sería contraponer acción y contemplación, trabajo y oración, vida activa y vida contemplativa! Hay que trabajar mucho y bien. También hay que rezar mucho y bien. Pero el dilema persistiría si metemos al trabajo en un cajón y a la oración en otro, convirtiéndolos en dos raíles en los que no se entrecruza nunca nuestro día a día. Es preciso realizar una síntesis, en la que la oración nos lleve a trabajar con más amor y empeño y el trabajo nos empuje al diálogo amoroso con Dios. No es fácil ni se logra a base de fuerza de voluntad y de tesón. Es una gracia que hemos de pedir al Espíritu Santo y, con su ayuda, luchar un día y otro para conseguirlo. No es preciso irse a un convento ni a una cartuja, pues también en esos lugares se puede estar en babia. Porque la campana suena igual aunque la cambien de sitio, dado que no suena el sitio sino la campana. De todos modos, vivimos en un mundo hiperactivo, hiperestresado, hipermovido. Necesitamos más calma, más silencio, más tranquilidad, más diálogo interpersonal, valorar más el ser que el hacer. Necesitamos ser más personas y menos robots, más contemplativos y menos activos. En una palabra: necesitamos escoger lo mejor: estar siempre a la escucha de Dios y dialogar con él. También cuando trabajamos.           

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