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LITURGIA DEL VATICANO II

Bautismo del Señor (7.1.2024) - Ciclo B

JESUCRISTO AYER, HOY Y SIEMPRE

“Tú eres mi Hijo amado”

Estamos en las orillas del Jordán. Juan el Bautista llama a los pecadores a volverse a Dios y recibir un bautismo de agua en señal de arrepentimiento y cambio de vida. Un día llega Jesús de Nazaret y se coloca en la fila como un pecador más. Juan se encara con él: soy yo, le dice, quien debe ser bautizado por ti. Termina cediendo ante la insistencia de Jesús y le bautiza. Ciertamente Jesús no era un pecador. Al contrario, era “el cordero que quita el pecado del mundo”, el Hijo amado a quien el Padre enviaba para destruir el pecado y reconciliar a los hombres con él. Pero esto llevaba consigo que Jesús se hiciera solidario, más aún, responsable de los pecados de los hombres. El día en que entregue su vida en la Cruz aparecerá con toda claridad hasta qué punto asumió esta solidaridad de los pecados de los hombres. Siendo totalmente inocente, murió como un empecatado. Este Jesús tan solidario de los hombres no es una figura que existió en el pasado pero que nada tiene que ver con nosotros y nuestros problemas. No es así. Jesús sigue tan presente y activo como mientras vivió físicamente con nosotros. Lo dirá la carta a los Hebreos con claridad y firmeza: “Jesucristo ayer y hoy, y por los siglos de los siglos”. Es decir alguien que sigue solidarizándose con nuestros problemas y con nuestros pecados mediante su misericordia, su compasión y su perdón. Tendremos oportunidad de verlo a lo largo del tiempo que comienza mañana, pues el Bautismo de Jesús, que celebramos hoy, cierra el de Navidad. ¡Ojalá contemos con él y le dejemos entrar en nuestra vida de cada día!

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