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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 2 del Tiempo Ordinario (14.1.2024) - Ciclo B

UN ENCUENTRO IMPRESCINDIBLE

“Venid y lo veréis”

“Eran las cuatro de la tarde”. Habían pasado setenta años cuando el apóstol Juan lo puso por escrito. ¿Qué pasó aquel día para que quien era entonces un adolescente lo recordara con tanta precisión siendo ya un anciano venerable? Cuando un chico y una chica se enamoran, aunque pasen los años, recuerdan el momento y lugar exactos en que dejaron de ser “uno más” en el grupo de amigos y se convirtieron en “el único y la única”. Ese encuentro dio un giro tan radical en sus vidas, que las unieron para siempre, se unieron en matrimonio y compartieron la existencia hasta que los separó la muerte. Eso es lo que le sucedió a Juan, el discípulo amado. El día en que se encontró con Jesucristo cambió el proyecto de su vida. Experimentó en su persona lo que siglos más tarde escribiría el papa Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano –a ser discípulo- por una decisión ética o una gran idea sino por un acontecimiento, una Persona, que cambia completamente el horizonte de la vida”. Muchos, quizás todos los que lean esto, se tienen por cristianos, es decir, por discípulos de Jesús. Quizás hoy no esté de más formularse esta pregunta: “¿Yo me he encontrado realmente con la Persona de Jesús, con esa Persona que se ha hecho tan importante en mi vida que guía mis proyectos, mis afanes, mi trabajo, mi vida de familia, mis relaciones sociales?” Sea cual sea la respuesta, el evangelio de este domingo es una invitación a “estar con Jesús”, de persona a persona, como dos realidades vivas. Porque su trato nos descubrirá que Él y sólo Él llena de paz, alegría y plenitud a nuestra vida.  

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