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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 3 del Tiempo Ordinario (21.1.2024) - Ciclo B

LA VIDA PÚBLICA Y LOS CRISTIANOS

“Dejando las redes, se siguieron

Estamos en el lago de Genesaret. Jesús pasa por delante de cuatro pescadores: Pedro, Andrés, Santiago y Juan y les dice: “Veníos conmigo”. Y los cuatro, sin titubear, le siguen de inmediato. Jesús les ha dicho que dejen su trabajo habitual, porque quiere que convivan con él y enviarles después a predicar su mensaje por el mundo entero. Jesús pasa hoy por todos los lagos donde la gente trabaja en mil faenas: la familia, la fábrica, el quirófano, la cátedra universitaria, el sindicato, los parlamentos de las naciones, el mundo del arte, de la música, de la informática, de las redes sociales y un largo etcétera. Salvo en contadas excepciones, Jesús dice a todos que le sigan ahí y desde ahí, trabajando con los demás ciudadanos, pero demostrando con los hechos que son discípulos suyos. Abandonar esos campos sería salirse de la historia, vivir en otro mundo y dejar el campo en exclusiva a quienes orillan o atacan a Jesucristo. Es lo que postula el laicismo imperante, cuando dice que la religión es asunto privado que no puede ni debe influir en la vida pública. Ciertamente no se trata, por ejemplo, de que un Parlamento se convierta en una iglesia. Pero en ese Parlamento los cristianos tienen que dejar constancia de lo que son y no aprobar leyes que ataquen derechos fundamentales de toda persona humana. Y quien dice un Parlamento, dice una cátedra universitaria, en la cual no se puede mentir ni manipular a los alumnos. O un programa de televisión, en el que no se puede calumniar o insultar ¡Qué necesidad tenemos hoy de este tipo de discípulos!             

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