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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 6 de Pascua (5.5.2024)- Ciclo B

COMUNIÓN DE VIDA ENTRE JESÚS Y SUS DISCÍPULOS

“Permaneced en mi amor”

“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos”, del domingo anterior, era la primera parte de la metáfora sobre la viña. La segunda se encuentra en el evangelio de hoy, que nos explica qué es lo que caracteriza la vida de la vid y, por tanto, la que debe caracterizar la de los sarmientos. La vida de la vid –de Jesús- se caracteriza porque ama a su Padre y hace siempre lo que él quiere, porque ama a sus discípulos y quiere que se amen entre ellos como él les ha amado. La parábola de la vid señala, por tanto, por un lado, la profunda y completa comunión de vida entre Jesús y sus discípulos y, por otro, que él es la fuente de esa vida. Estar unidos a la vid y vivir su misma vida -esencial para que haya comunión de vida entre Jesús y sus discípulos-reclama asumir este mandato: “Permaneced en mi amor”, tomad cada vez mayor conciencia del amor que Yo os tengo y que manifiesta el que el Padre tiene por Mí y Yo tengo por el Padre. Y, como Yo os he amado hasta dar la vida por vosotros, permanecer en Mí exige que os améis unos a otros, incluso hasta dar la vida. ¡Qué alegría cuando los cristianos se comprenden, se quieren, se perdonan sus faltas, se ayudan en sus necesidades, se estimulan a recorrer el camino hacia el cielo! En cambio, ¡qué pena si surgen enfrentamientos, odios y guerras verbales o armadas! Ahora se hacen muchos planes de evangelización y se trabaja intensamente para que la sinodalidad se instale en todas partes y niveles. Bienvenidos sean. Pero comencemos por lo primero e irremplazable: ver un hermano en cada discípulo y tratarle como tal.

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