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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 4 de Pascua (11.5.2025) - Ciclo C

ESCUCHAR, SECUNDAR Y REZAR

“Yo les doy la vida eterna”

Hoy es el domingo del Buen Pastor, porque actualiza que Jesucristo ha dado su vida por nosotros y da sin cesar Pastores a su Iglesia: el Papa y los obispos en comunión con él, junto con los sacerdotes que les ayudan. Éstos realizan su oficio mediante la predicación de la Palabra, la celebración de los sacramentos, el servicio de la caridad y la entrega alegre, total y permanente por sus ovejas. Evidentemente ellos no son toda la Iglesia. Iglesia son todos los bautizados: padres y madres de familia, niños y  ancianos, jóvenes y enfermos, religiosos y fieles laicos que viven y trabajan en las mil y una profesiones que existen en el mundo. Ellos tienen tanta importancia, que sin su acción la Iglesia se estanca o retrocede. Baste pensar este dato. En toda la Iglesia hay, en números redondos, medio millón de sacerdotes y otro medio millón de religiosas. ¿Qué representa eso frente a los mil cuatrocientos millones de cristianos y, sobre todo, frente a los otros seis o siete mil millones de no cristianos? Ese inmenso rebaño se lo ha confiado el Señor a sus Pastores para que lo cuiden, lo guíen, lo despierten si se duerme, pero no para que lo suplanten y, menos todavía, dificulten el camino. Los demás han de escucharlos y, luego, actuar con entera libertad y responsabilidad. Jesucristo acaba de darnos un nuevo Supremo Pastor: León XIV. Escuchemos su enseñanza, secundemos sus orientaciones y recemos para que los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los fieles laicos despertemos de la indolencia y hagamos lo que a cada uno nos corresponde. Nada más. Pero nada menos.   

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