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LITURGIA DEL VATICANO II

Corpus Christi (22.6.2025) - Ciclo C

HAMBRE DE PAN Y HAMBRE DE DIOS

 “Dadles vosotros de comer”

“Cantemos al amor de los amores. Dios está aquí”. Estas palabras resonarán, hoy, en incontables iglesias y calles del mundo. También en las de Burgos. Son palabras que expresan la inefable realidad de que Jesucristo vive entre nosotros. Su misma Persona, la que recorrió las tierras de Galilea, predicando la Buena noticia a todos, curando a los enfermos y perdonando a los pecadores. Cuando el obispo y el sacerdote dicen “esto es mi cuerpo”, “esta es mi sangre”, en ese momento se hace presente el mismo Jesucristo. No un símbolo. No. Jesucristo en persona. Y ahí permanecerá, mientras las sagradas especies no se corrompan, para que puedan comulgarlo quienes participan en la misa y están en las debidas condiciones de recibirlo, los enfermos y los que estén en el umbral de pasar de este mundo a la eternidad. No nos cansemos de repetir, con fe, que Jesucristo está en la Eucaristía, ni de adorarlo en la custodia y visitarlo en el sagrario. Porque – no nos engañemos- sólo permanecemos dando de comer a los hambrientos y necesitados, si escuchamos el mandato que ahora nos repite desde la Eucaristía: “dadles vosotros de comer”. Pan, sí. Pero también cultura, trabajo, tiempo, compañía. Sin olvidar a Dios. Porque la carencia de Dios es la mayor pobreza, como acaba de recordar el papa León XIV, y atestiguan los que darían todo lo que poseen, a cambio. No temamos caer en falsos espiritualismos al reconocer, confesar y proclamar nuestra fe en la Eucaristía. Nadie ha creído en ella como los santos y nadie ha sido más generoso que ellos con los necesitados.    

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