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LITURGIA DEL VATICANO II

Domingo 21 del Tiempo Ordinario (24.8.2025) - Ciclo C

PERTINENTE

“Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”

Jesús se dirige a Jerusalén. Le acompañan el grupo de los Doce y otros muchos. Uno de ellos le formula esta pregunta: “Señor ¿serán muchos los que se salven?” Jesús no responde si serán muchos o pocos. Recurre a una parábola. Salvarse es entrar “por una puerta estrecha”. Él nos ofrece incontables ocasiones para entrar por esa puerta, porque quiere que todos los hombres se salven. Pero no oculta que es una puerta estrecha, difícil, y que no violenta a nadie, porque respeta nuestra libertad. Nos deja la opción de entrar o de no entrar, de vivir según quiere Dios o vivir de espaldas a él. Pero esta opción entraña una gran responsabilidad. Porque “nuestra vida no es un videojuego o una telenovela; nuestra vida es seria y el objetivo que hay que alcanzar es importante: la vida eterna” (Papa Francisco). Por eso, es muy pertinente personalizar la pregunta del caminante y preguntarse: “Señor, ¿me salvaré yo?” ¿Me estoy esforzando en entrar por la puerta de hacer lo que Dios quiere o prefiero entrar por la de mi egoísmo, mi soberbia, mis bajas pasiones? Ahora que las vacaciones de verano han concluido y nos encontramos a punto de afrontar un nuevo curso existencial, podríamos echar una mirada retrospectiva y preguntarnos: ¿Estoy contento de cómo he vivido este tiempo? Mejor, ¿Dios está contento de cómo he vivido este verano? La respuesta puede servirnos de espejo para ratificarnos o rectificar nuestro modo de vida. En cualquier caso, no podemos olvidar que el evangelio es claro: unos entran, y otros se quedan a la puerta de la felicidad eterna.

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