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LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR (28. III.2010) - Ciclo C

PEDRO, JUDAS, TÚ Y YO

«Lloró amargamente»

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Hoy es el único domingo del año en que se lee el relato íntegro de la Pasión. Entre los muchos personajes que en ella aparecen, fijémonos en Judas y Pedro. Pedro, negó a Jesucristo, confirmando lo que éste le había predicho: «Antes que el gallo cante, me habrás negado». De Pedro se dice que Jesús «le miró». De Judas, que hizo mucho más: «le besó». Pedro, «salió afuera y lloró amargamente». Judas, salió afuera, pero fue a ahorcarse» Estas dos historias no están cerradas y nos tocan muy de cerca. ¡
Cuántas veces hemos hecho como Pedro! Nos hemos encontrado en situación de dar testimonio de nuestras convicciones cristianas y hemos preferido plegarnos. Con nuestros hechos o con nuestro silencio hemos dicho: «No conozco a este Jesús del que me hablas». También la historia de Judas está, si lo pensamos bien, más cercana a nosotros de lo que pensamos. Judas vendió a Jesús por treinta denarios. ¿Quién puede afirmar que no lo ha traicionado, a veces, por mucho menos? Traiciones, ciertamente, menos trágicas que la suya, pero más graves, porque nosotros conocemos a Jesús mejor que él. Ahora bien, dado que estas dos historias nos tocan de cerca, debemos preguntarnos por qué la de Pedro termina de modo tan diferente a la de Judas. Pedro tuvo remordimiento de lo que había hecho. Judas lo tuvo quizás mayor, porque llegó a gritar: «He traicionado la sangre inocente» y devolvió las treinta monedas. ¿Dónde está la diferencia? En una única cosa: Pedro tuvo confianza en la misericordia de Jesús; Judas, no. Lo mismo ocurrió en el Calvario: dos ladrones convictos y confesos son ajusticiados al lado de Jesús. El uno, maldice y muere desesperado; el otro, grita: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino» Y oye a Jesús estas palabras: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». Hay un mandamiento de la Iglesia que manda confesarse, al menos, una vez al año y comulgar por Pascua. Ese precepto, que hay que verle más como un regalo que como una obligación, nos da la posibilidad de seguir la historia de Pedro o la de Judas, la del mal ladrón o la del bueno.¿Cuál de las dos vale más la pena?         

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