Blogia
LITURGIA DEL VATICANO II

DOMINGO 27 DEL TIEMPO ORDINARIO -Ciclo C (3.X.2010)

 

LA FE Y LOS IMPOSIBLES

«Señor, auméntanos la fe»

____________________________________________________

El evangelio de hoy comienza de un modo desconcertante. Sin dar ninguna explicación del por qué o para qué, se nos dice que los apóstoles hacen a Jesús esta petición: «Auméntanos la fe» Un poco antes, a la pregunta de Pedro: «Si mi hermano me ofende he de perdonarle hasta siete veces», es decir: siempre?, Jesús había respondido: «No siete sino setenta veces siete». Algo así como «siempre, siempre, siempre», dado que siete es número de plenitud. Quizás los apóstoles comprendieron que era una tarea muy difícil y que podía faltarles en el futuro suficiente paciencia y amor. Sea como fuere, a estas alturas ellos ya han comprobado que sus fuerzas humanas son insuficientes para cumplir las tareas que el Señor les ha encomendado. Además, han comprobado que su fe en Dios es todavía muy débil. Pero en esa situación, ni desertan de la tarea ni aligeran su carga, sino que piden al Señor una fe más fuerte. Hacen lo que deben hacer: echar mano de la oración y pedir a Dios la ayuda que necesitan. Saben que Dios puede hacer lo imposible. Jesús no responde directamente a su petición, pero les da una respuesta en la que, con toda energía y contundencia, les manifiesta la importancia que tiene la fe en la vida de los apóstoles y, de rechazo, en la de todos sus discípulos. Si existe una confianza verdadera y plena en Dios, se hace realidad lo que es imposible según los criterios humanos. Aunque la imposibilidad sea tan grande como «mover una montaña» o «trasladar un árbol bien enraizado». Si Dios encarga una tarea y pide exigencias imposibles para nosotros, él puede capacitarnos para llevarlas a cabo. La única condición para superar esos «imposibles» es que seamos alcanzados por su poder. Y para que este poder nos llegue es preciso, de nuestra parte, la fe, la confianza en él. ¡Cuántas veces dice el evangelio, después que Jesús ha hecho un milagro: «tu fe te ha salvado», «tu fe te ha curado»! ¡Cuántas y qué grandes cosas haríamos tú y yo, en la propagación de la fe y en la construcción del Reino de Dios, si tuviéramos una fe verdadera, aunque fuera tan pequeña como un grano de mostaza!   

0 comentarios